'Los Hombres G' ya tocan música de la buena en el Vicente Calderón. Griezmann y Gameiro, con Torres como un invitado de lujo, han dado buena cuenta del Sporting para dar tres puntos a los suyos en un excelso partido del cuadro de Simeone. Espectáculo del bueno en la ribera del Manzanares ante un rival que se vio superado en todos los aspectos y que sirve para coger moral de cara al vital duelo ante el Barcelona en el Camp Nou. Cuatro a cero antes de viajar a la Ciudad Condal.

Y si el Barça llega como un avión lo mismo puede decirse del Atleti. Vaya clase de vuelo que dieron en ataque. Vaya exhibición ofensiva que se pegaron en una primera parte impecable y sin apenas errores que terminó con 3-0 y que empezó con 2-0. En cinco minutos, Griezmann y Gameiro ya habían dejado el duelo encarrilado y habían castigado a los que llegasen tarde al estadio. Sobre todo Kevin, que soltó un latigazo con la derecha que es sin duda uno de los goles de la jornada.

Junto con el segundo de Antoine claro. Porque el 7 del Atlético sentó cátedra en el primer acto. Rápido, luchador, y siendo una amenaza constante en cuanto todo asturiano le veía perfilarse con su zurda. Fue eléctrico, y como un chispazo hizo el 3-0 con un tremendo zapatazo desde 20 metros. Llegó tarde, pues antes el francés había hecho una jugada y asistencia 'a lo Messi' para Filipe que terminó en tanto de Gameiro. Anulado por un inexistente fuera de juego del lateral brasileño.

Todo estaba ya sentenciado. Sentenciado tras una primera parte en la que el Atlético disfrutó, hizo disfrutar y dejó en leyenda urbada su falta de gol. Lo hizo con la pareja de medios que muchos piden, con Koke y con Saúl Ñíguez, y con Gaitán y Carrasco en las alas. Así salió el Cholo, y asó no terminó, pues con todo visto para el minuto 90 tocaba mover banquillo y hacer cambios pensando en el 'partido a partido'... contra el Barça. Hasta Griezmann dejó su sitio en el campo para que entrar Fernando Torres.

Cambiaron nombres y también cambió el potencial ofensivo exhibido, aunque en cuanto el cuero se acercaba a las inmediaciones de Cuéllar se sentía cierta sensación de peligro. Con Oblak como un espectador más, el Atlético jugó el partido que quería jugar y cómo quería jugarlo. Los que se iban, se iban sonrientes; los que salían, salían al cien por cien. Ángel Correa y Fernando Torres son el ejemplo, tras meter en la red el fuenlabreño un jugadón del argentino para anotar el cuarto.

También haría el quinto, al transformar un clamoros penalti de Lillo a Gaitán, para mostrar aún más la sonrisa y para hacer más fuerte en cada rojiblanco la frase de 'nunca dejes de creer'. Manita como carta de presentación antes de viajar al Camp Nou para rendir visita al Barça. Para vivir un duelo entre dos claros candidatos a todo.