Partido fácil y victoria contundente la cosechada por el Barcelona en el Camp Nou ante un muy débil Sporting. Los azulgranas derrotaron por 6-1 a un rival al que en el minuto 30 ya vencían por 3-1 y se permitieron el 'lujo' de dar descanso a jugadores como Luis Suárez y Messi ya avanzado el partido. Ambos anotaron un gol, y junto a Neymar, Alcácer, Rakitic y un tanto en propia puerta de Juan Rodríguez hicieron completaron el triunfo. Carlos Castro anotaría para los asturianos, pero sería un espejismo.
Ni diez minutos duró el Sporting sobre el Camp Nou. Un Sporting que salió sin su gigante Traoré para jugar ante el Barcelona. Los gijoneses, débiles atrás, dejaron corretear solo a Messi por el centro del ataque y el argentino no perdonó. De cabeza, ante una errática salida de Cuéllar, puso el 1-0. Acto seguido, sin tiempo a la reacción, Juan Rodríguez se marcó el 2-0 en propia puerta tras un tiro de Luis Suárez que se iba fuera. El partido, antes del cuarto de hora, parecía visto para sentencia.
Y aunque Carlos Castro acortó distancias, a la media hora ya lucía el 3-1 en el luminoso. Porque en cuanto tuvo que apretar, mínimamente, el acelerador, el Barça lo apretó y Luis Suárez se sacó un gran voleón desde la frontal después de un despeje de Babin al centro, tal y como te dicen en las escuelas de fútbol que no debes hacer nunca. Y menos ante un equipo como el Barcelona y ante un delantero como el charrúa.
Suárez y Messi, al banquillo
Sin necesidad de dar el máximo, el equipo de Luis Enrique tenía ya todo encarrilado ante un rival que estuvo lejos de dar las prestaciones que dio, por ejemplo, ante el Atlético en El Molinón. Los azulgranas se encontraban cómodos tanto en ataque como en defensa, pues arriba la zaga asturiana era más bien blanda en sus acciones y cuando tocaba pasar a la acción lo hacían con pocos efectivos. La tarde-noche invitaba a pensar en goleada y en rotaciones. Y así, Alcácer salió a escena por Luis Suárez.
El 17 marcó el cuarto a los cuatro minutos de reanudación. El Camp Nou era una fiesta. El equipo estaba disfrutando, sin apenas sufrir y todo iba a la perfección. La música era una constante y Messi, como director de orquesta, tenía ganas de dar más espectáculo. A punto estuvo el 10 de marcar un golazo de falta, con un toque sutil de cuchara ante el que Cuéllar, confiado, apenas prestó atención. Sería esa su última acción del duelo, pues hasta él tuvo descanso de lo cómoda que estaba siendo para el Barça la visita del Sporting.
Neymar marcaría el quinto. De falta. De una que le habría ido perfecta a Messi. A un zurdo. Él, diestro, la coló con una facilidad pasmosa. Cuéllar, que ya no sabe cuántos goles habrá recibido del Barcelona en toda su carrera, no pudo hacer nada a pesar de tocar el cuero. Quedaban 25 minutos, con el partido resuelto, pero los de Luis Enrique no aflojaron y no dejaron de buscar el sexto. Llegó en el 86, con un pepinazo de Rakitic desde dentro del área sin oposición alguna de la zaga sportinguista a una sucesión de toques consecutivos en las inmediaciones de su propia portería.
Llega el Celta
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El Barcelona ni tan siquiera tuvo que poner la máxima velocidad ante el Sporting que compitió lo justo en el Camp Nou. Seis a uno y sin sudar demasiado para recibir a un Celta que en Balaídos ya les privó de sumar puntos. Y después, el PSG y el sueño de la remontada.