El Leganés sigue empeñado en defender su papel de equipo revelación de la Liga y en un duelo donde demostró tener las ideas muy claras, exhibiendo paciencia, se impuso por 1-0 a la Real Sociedad.
Encaraban los visitantes su primer encuentro del año 2018 con la posibilidad de meterse en la lucha por los puestos europeos y de distanciar a un equipo en situación parecida.
Enfrente un Leganés, al que ya se había visto tras el parón navideño con motivo de la victoria por 1-0 al Villarreal en la ida de los octavos de final de la Copa del Rey.
Como sucediera en ese choque, Garitano optó por un doble pivote en el centro del campo formado por Rubén Pérez y Gumbau. Detrás una zaga completamente renovada debido a la presencia de Zaldua, Dos Santos, Muñoz y Diego Rico.
Arriba Beavue se situó como punta, con Eraso en el enganche y Gabriel escorado a la izquierda en una posición menos habitual para él.
Pese a todo el brasileño no pareció sentirse incómodo en esa faceta y fue uno de los principales referentes ofensivos locales durante la mitad inicial.
De hecho suya fue la ocasión que abrió el fuego cuando aprovechó un despiste de Llorente para robarle el esférico y generar una jugada, con la participación también de El Zhar, que culminó en golpeo preciso desviado con acierto Rulli.
Aviso intimidatorio para un contrario que pronto comenzó a monopolizar el esférico como ya hiciera el pasado curso, donde muchos se fueron con la sensación de haber visto ese día al mejor equipo que pasó por Butarque durante la temporada.
Los de Eusebio manejaban los tiempos ante un Leganés que, aprendida la lección, se parapetó atrás cerrando las líneas y buscando las contras.
Eso bloqueó durante varios minutos al rival, que solo se acercó en un cabezazo de Willian José detenido por Cuéllar.
Sin embargo al filo del descanso el peligro creció en intensidad y el guardameta pasó a convertirse en héroe con dos paradas antológicas.
En la primera sacó sobre la línea un remate a bocajarro de Willian José, bien asistido por Odriozola tras hacerle este un roto a la zaga por su costado. Igual de clara o más fue la Illarra.
El mediocentro apareció por el borde del área para cazar un balón rechazado y le pegó con el alma en dirección a la escuadra. Ya casi lo celebraba, pero una mano providencial le privó de ello.
Nueva mentalidad tras el descanso
Volvió el Leganés al verde tras el descanso con una cara nueva. Y no cualquiera. Omar Ramos, que llevaba más de tres meses en el dique seco, salió en lugar de Gumbau para ocupar el extremo izquierdo.
Gabriel, por su parte, se situó en el la medular junto a Rubén Pérez.
Cambio de piezas y cambio de actitud. Intenso desde el arranque del segundo acto el anfitrión comenzó buscando la portería rival y haciendo bueno el dicho de que no hay peor cuña que la de la misma madera Zaldua, cedido por el equipo de San Sebastián, fue el que más cerca estuvo de 'ajusticiarlo'.
El lateral puso primero a prueba a Rulli con un potente tiro como colofón a una transición elaborada de manera precisa.
Y más tarde se encontró con el larguero al cabecear en el primer palo un saque de esquina. El conjunto vasco, mientras, trataba de llegar pero sin encontrar la manera.
La sensación de que si alguien se llevaba los tres puntos sería por algún detalle se acabó convirtiendo en certeza a un cuarto de hora para el final, cuando Omar Ramos ejecutó una falta lateral que Rulli vio pasar de largo y tocó casi de casualidad Gabriel dejándola en la red.
No le quedaba más remedio a los txuri-urdin que buscar el empate pero fue el Leganés quien estuvo más cerca de ampliar su ventaja con un centro de Zaldua que envió fuera Guerrero.
No anotó el delantero pero no le hizo falta a los suyos, que gracias al triunfo siguen firmando una temporada ilusionante donde de momento miran de reojo a Europa y el descenso en la lejanía.