El Rostov ruso protagonizó este miércoles la mayor sorpresa de la actual edición de la Liga de Campeones al derrotar al todopoderoso Bayern Múnich (3-2) en un partido para enmarcar disputado bajo un frío gélido. Los rusos comenzaron encajando, pero le dieron la vuelta a un partido, que demostró que el equipo entrenado por Carlo Ancelotti sufre una crisis de identidad desde que dejara el banquillo Pep Guardiola.

Además, la derrota puede condenar a los bávaros a afrontar un incómodo cruce en octavos de final en caso de que el líder del grupo, el Atlético de Madrid, empate o gane esta noche al PSV Eindhoven. Aunque tuvieron el balón, los alemanes parecieron acusar los embates del "General Invierno", ya que las temperaturas en el sur de Rusia rondaban los 5 grados bajo cero y el viento era gélido, y las dimensiones de un estadio de juguete.

Con su equipo ya clasificado, Ancelotti dejó en Múnich a los tocados Neuer, Robben y Javi Martínez, mientras comenzaron el partido en el banquillo Hummels, Alonso, Muller y Kimmich, lo que acabó por costarle muy caro. El portugués Renato Sanches, el mejor jugador del Bayern, recibió los galones junto a otros dos pequeñitos, Thiago y Lahm, que intentaron hacerse con el control del partido desde la sala de máquinas.

Boateng acabó con la cadera rota

Los rusos fueron los primeros en avisar con una clarísima ocasión que comenzó con un pase largo del central español César Navas que cogió desprevenido a Boateng. Yerojin aprovechó la salida en falso de Ulreich para adelantarse y rematar de cabeza al borde del área grande, pero Bernat acertó a despejar justo antes de que el balón cruzara la línea de gol.

La primer ocasión del equipo teutón llegó a balón parado a los veinte minutos, cuando Badstuber remató un córner, cabezazo que fue despejado sin dificultad por el portero ruso. A partir de entonces el Bayern se apoderó del balón y, aunque Azmún, protagonizó un peligroso contraataque a la media hora, se adelantó en el marcador.

Una buena incursión de Sanches por la izquierda, acabó con un pase de la muerte que fue mal despejado por Navas, lo que fue aprovechado por el brasileño Costa que marcar con la izquierda (min.35). Los rusos parecieron bajar los brazos, pero un fallo garrafal de la defensa bávara antes de irse a los vestuarios permitió al iraní Azmún encarar a Boateng, hacerle un recorte magistral y batir a Ulreich con un disparo ajustado al poste izquierdo (min.44).

En la segunda parte la defensa visitante volvió a hacer agujeros y a poner en evidencia los problemas del Bayern de Ancelotti, que ya cayó la pasada semana en Dortmund en el partido de máxima rivalidad de la liga alemana. Boateng, que tuvo un partido para olvidar, derribó a los cinco minutos dentro del área al ecuatoriano Noboa, penalti claro que fue transformado por Poloz (min.49).

Machada del Rostov

Por suerte para Ancelotti, el francés Ribery, hasta entonces desaparecido en combate, despertó y tres minutos después dio un magnífico pase interior a Bernat, que se sacó de la chistera un obús a la escuadra derecha.(min.52) Los rusos, que recibieron cinco goles en Múnich, no acusaron el golpe y siguieron atacando, mientras los delanteros del Bayern, en particular Lewandowski, no recibían apenas balones.

Así, de nuevo Noboa, el jugador más inteligente sobre el terreno de juego, aprovechó un lanzamiento de falta directa al borde del área para batir a Ulreich, que reaccionó tarde.(min.67) Ante la inoperancia de Lewandowski, Ancelotti apostó por Muller, pero éste apenas tuvo la oportunidad de inquietar a Dzhanáev con un cabezazo desviado.

Thiago tuvo en sus botas el empate con un buen disparo con la izquierda desde el borde del área en el minuto 90, pero el guardameta local respondió con una estupenda parada. Con esta victoria el Rostov ahonda la herida del Bayern y, de paso, mantiene sus opciones de clasificación para la Liga Europa para lo que tendrá que arrancar algún punto dentro de dos semanas en el estadio del PSV.