Papá Noel llegó a Ipurua con los ojos algo más rasgados, en forma de un Inui que se convirtió en protagonista al marcar dos de los cuatro tantos armeros (4-1) y lograr, además, el gol número 70.000 en la historia de la Liga, para regalar tres puntos al Eibar, que adelanta a un desconocido Girona con 24 puntos en su casillero.
Ni siquiera dio el Eibar tiempo a que se cumpliese el primer minuto para adelantarse en el marcador, con un gol del japonés Inui tras una buena jugada individual, sin dar tiempo al Girona a asentarse en el terreno de juego, y logrando el gol más rápido de la temporada hasta el momento.
Contragolpeó pronto el Girona con un buen remate en el minuto cinco, al que Dmitrovic respondió con una gran intervención, en un arranque de partido verdaderamente loco en Ipurua. El Eibar no quería parar el ritmo, y en el minuto diez amplió la ventaja en el marcador marcando el segundo en una jugada "marca de la casa", con un cabezazo de Charles a pase de Cote, que dobló perfectamente a un Inui de dulce.
Los armeros se seguían gustando en los siguientes minutos, y se acercaban con peligro a la portería de un Girona que se veía muy afectado por el mazazo de los goles tempraneros, y que no podía acercarse a las inmediaciones del área local. Kike García tuvo la sentencia definitiva pasado el minuto 20, tras rematar solo en el área pequeña un balón que se marchó fuera por poco, para desesperación de Machín.
Eso sí, los catalanes no se rindieron y Timor acortó distancias con un golazo de falta que se coló por la escuadra de la portería que defendía Dmitrovic. El último tramo de la primera parte siguió por los mismos derroteros, con un Eibar que no se echó atrás y un Girona que quería pero al que le costaba mucho pasar del centro del campo armero.
Inui acaba con el Girona
Los de Machín salieron del vestuario con más ganas e intención que en la primera parte, pero el Eibar fue poco a poco retomando el control del choque. Tras un desajuste defensivo de los catalanes, Kike García remató e Inui aprovechó el rechace para volver a poner a los suyos con dos goles de diferencia en el marcador, para un Eibar que se gustaba y seguía realizando el fútbol que mejores resultados le da.
El técnico visitante introdujo cambios ofensivos con el fin de acercarse en el marcador, aún sacrificando a un hombre como Maffeo, aunque la presión armera seguía siendo asfixiante en todo el terreno de juego. Rubén Peña pecó de egoísta en el minuto 74, y quiso acabar una jugada en la que tenía a varios compañeros listos para rematar definitivamente el partido.
Por si el daño fuera poco para el Girona, Jordán se encargó de dar la puntilla en el descuento a un equipo desconocido a domicilio, y en favor de un Eibar que sumó su quinta victoria en los últimos seis partidos disputados.