Sólo 24 horas después del atentado, el Borussia saltó al campo de juego. Bartra estuvo muy presente durante el partido y, tras la derrota ante el Mónaco, el equipo mostró su indignación por jugar el partido: "Parece que nos habían lanzado una lata de cerveza", lamenta Tuchel, técnico del Dortmund.

Después del trauma, los jugadores no estaban en condiciones ni físicas ni psíquicas para jugar: "Hasta la segunda parte no he podido pensar en el fútbol", asegura Nuri Sahin.

Muchos jugadores estuvieron en 'shock' durante horas: "Tras un atentado así, todo el organismo se descentra y la musculatura está alterada", dice José González, director del Centro Médico Deyre.

Tendrían que haber pasado 72 horas

Unos síntomas que explica así el padre del jugador Mikel Merino: "Estaba en casa y le temblaban las piernas, como si le hubieran dado una paliza".

Tendrían que haber pasado, como mínimo, 72 horas para estar en óptimas condiciones. Eso sí, la UEFA se justifica diciendo que ningún equipo les pidió no jugar y la FIFA asegura que el choque se habría suspendido si hubiera habido muertos en el ataque.