El RB Leipzig y el Monaco empataron 1-1 en un partido que fue desde el comienzo un pulso táctico en el que los dos equipos parecieron más interesados en evitar la derrota que en la búsqueda de la victoria.
Los dos equipos salieron con el objetivo de no permitirse muchas cosas y el partido se planteó como un duelo en el que escasearon las ocasiones de gol y las llegadas claras. El Leipzig era un poco más agresivo, ya que, al menos, intentaba presionar la salida del Monaco, mientras que los franceses concentraban su trabajo defensivo en torno a la raya central y en su propio terreno y dejaba jugar a los alemanes en su propia mitad.
Salvo una llegada de Touré por la derecha en el minuto 18 del lado del Monaco, cuyo centro se perdió Falcao por centímetros, y una ocasión del Leipzig en un saque de esquina que Youssef Poulsen cabeceó desde el primer poste, hubo poco anotar en la primera media hora de juego.
Después se dio una jugada súbita -en el minuto 33- que pudo romper el partido y que puso en ventaja al Lepzig. Todo empezó con un despeje de Marcel Halstenberg desde la propia mitad y la pelota le cayó un poco de carambola al sueco Emil Forsberg, que llegó en carrera hasta el área y derrotó con un fuerte disparo a Diego Benaglio.
Sin embargo, la ventaja del Leipzig duró poco más de un minuto. En el 35, tras ser recibir un pase de cabeza de Diakhaby, Tielemans empató, en el segundo intento, después de que su primer remate fuese parado por el meta Gulacsi.
El Mónaco se había descuidado, pensando en un fuera de juego de Forsberg que no existía, y había encajado un contragolpe y el Leipzig, llevado por la euforia, había perdido por un instante la concentración defensiva. Después el partido pareció volver a los cauces iniciales y estancarse.
La mejor ocasión de la segunda parte la tuvo el Leipzig, en el minuto 82, con un remate a quemarropa de Augustiin.