El derbi de Belgrado entre el Estrella Roja y el Partizán acabó con una imagen absolutamente bochornosa. El entrenador Aleksandar Stanojevic fue agredido por sus propios aficionados más radicales. Y tuvo que comparecer en sala de prensa con heridas en la cara.

Había sufrido dos cortes porque los ultras trataron de acceder a los vestuarios y rompieron varios cristales.

"Perdón por comparecer con estas tiritras, pero los fans descontentos rompieron un cristal. Me golpeó un cristal en la cara y me cortó", contó con el sonido de los ultras todavía de fondo.

Una imagen lamentable en uno de los derbis más peligrosos del mundo del fútbol.