El presidente de la federación inglesa de fútbol (FA, por sus siglas en inglés), Greg Clarke, aseguró hoy que la "prioridad" de ese organismo es cerciorarse de que en el futuro "no haya una nueva generación de víctimas" que sufra abusos sexuales y violaciones en sus inicios como jugadores profesionales.
En los últimos días, una trama de abusos sexuales ha azotado el Reino Unido, y siete exfutbolistas -Chris Unsworth, Jason Dunford, Paul Stewart, Steve Walters, Andy Woodward, David White y un exjugador cuyo nombre no ha sido revelado- han admitido haber sido abusados en el pasado por sus entrenadores.
"Quiero dejar claro que comparto el dolor sufrido por las víctimas. Nos vamos a asegurar de investigar este caso para que no haya una nueva generación de víctimas y de que aquellos que han sufrido reciben ayuda de verdad", dijo Greg Clarke, quien este viernes se reunió en el estadio de Wembley con Andy Woodward, el primer exjugador en reconocer que sufrió abusos.
"Tenemos dos objetivos primordiales: asegurarnos de que las víctimas se sientan seguras a la hora de reportar estos hechos y hacer todo lo posible para que no haya una nueva generación de víctimas", reiteró el presidente de la FA.
"Esto no se trata de que el fútbol proteja su reputación, sino de ayudar a las víctimas y asegurarnos de que no hay más. Trabajaremos codo con codo con la policía", indicó.
Woodward, Walters, Dunford y Unsworth víctimas de abusos por su exentrenador
Woodward, Walters, Dunford y Unsworth revelaron que fueron abusados de jóvenes por su antiguo entrenador Barry Bennell, un antiguo empleado del Crewe Alexandra con vínculos cercanos al Manchester City. Bennell, que se ha cambiado el nombre a Richard Jones, tiene 62 años y cuando tenía 44 fue declarado culpable tras admitir 23 cargos por abusos sexuales con niños de entre 9 y 15 años, con una sentencia de nueve años de prisión.
En 2015 fue sentenciado a dos años de cárcel por abusar de un niño de 12 años en Macclesfield, aunque en la actualidad se encuentra fuera de prisión.
Paul Stewart, exjugador del Tottenham Hotspur, Manchester City y Liverpool y antiguo internacional inglés, no ha revelado el nombre del entrenador que abusó de él, pero admitió que sufrió abusos casi a diario cuando tenía entre 11 y 15 años y que éstos eran siempre bajo la amenaza del técnico de matar a algún familiar si comentaba a alguien los hechos.