El Atlético de Madrid superó con lo justo la ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey en el Narcís Sala de Barcelona contra el Sant Andreu, un rival de Tercera que, pese a mostrarse muy inferior en el primer tiempo, donde encajó un gol de Gelson, tuvo opciones de empatar en los minutos finales.
De hecho, el último tramo del partido, el anfitrión puso a prueba a Adán, mandó un balón al larguero y remató desde el área pequeña. Fue un desenlace de infarto, pero no rompió el triunfo rojiblanco.
Pese a la victoria, el Atlético, de más a menos, no logró una amplia ventaja de cara a la vuelta en el Wanda. Gelson dio el primer aviso al Sant Andreu en el minuto siete. El portugués, eléctrico, regateó a la zaga y examinó los reflejos de Segovia, que aprobó y frustró el disparo. El luso, sin minutos en LaLiga, intentaba hacer méritos de forma constante ante Simeone, en la grada por sanción.
El anfitrión aguantaba la ofensiva rojiblanca. Aun así, los madrileños llegan a la frontal con facilidad y una velocidad apabullante: la diferencia de categoría era clara. Las ocasiones del Sant Andreu eran mínimas. La más destacada, un libre directo de Alcover en el 24. El disparo iba con veneno, pero se fue desviado.
El acoso del Atlético acabó en gol a la media hora de partido. Gelson Martins, uno de los más activos, fue el autor del tanto tras aprovechar un paso filtrado entre la zaga de Vitolo. Cinco minutos después, Arias cayó en el área y el cuadro rojiblanco reclamó penalti, aunque el árbitro no señaló nada.
El Sant Andreu sufría para alcanzar el área de Adán y también para contener el ataque rival. El Atlético quería el segundo, no esperaría al Wanda para sentenciar la eliminatoria. En la reanudación salió con la misma intención y Gelson, de nuevo, probó fortuna contra Segovia. Su disparo acabó en el lateral de la red.
De todas formas, los rojiblancos salieron con menos revoluciones. Eran superiores, pero menos incisivos. El anfitrión firmó buenos minutos, con jugadas combinativas y solidez defensiva. En ataque tenía problemas y su técnico, Mikel Azparren, apostó por la envergadura de Elhadji, de 1,94 metros, para desatascar el juego.
El Atlético empezaba a inquietarse. Lo probaba con latigazos desde la frontal, pero la zaga catalana estaba bien posicionada. En los compases finales, en el minuto 82, llegaron los nervios para los visitantes con dos ocasiones consecutivas que pudieron cambiar el signo del encuentro.
En la primera, Elhadji obligó a Adán a estirarse para evitar el empate. El meta envió la pelota a córner y, tras el saque de esquina, el Sant Andreu estrelló otra oportunidad en el larguero. Y, en el descuento, Jaume remató en el área pequeña. El Narcís Sala se encendió, aunque no había tiempo para más.