El Getafe, el Leganés, el Valencia y el Espanyol ganaron al Córdoba (5-1), al Rayo Vallecano (0-1), al Ebro (1-0) y al Cádiz (1-0), respectivamente, y se clasificaron para los octavos de final de la Copa del Rey. De todos, el equipo que más sufrió fue el Espanyol, que estuvo a punto se recibir una sorpresa en Cornellà-El Prat de un equipo de Segunda División.
Tenía que remontar el 2-1 del choque de ida y los hombres de Joan Francesc "Rubi" lo consiguieron con incertidumbre y pidiendo la hora. En el último tramo del choque, apareció Hernán Pérez para marcar con un disparo desde dentro del área tras una buena triangulación que dio la clasificación al Espanyol, que vivía una pequeña crisis tras tres derrotas consecutivas en Liga.
Su tanto, dio oxígeno a un equipo que seguirá adelante en la Copa con sufrimiento. Antes, en el Coliseum Alfonso Pérez, con un resultado muy cómodo de la ida (1-2), el Getafe tenía que disputar noventa minutos de trámite que no quería que se convirtieran en una sorpresa.
El técnico José Bodalás con un equipo con pocos titulares, consiguió que sus hombres mantuvieran la tensión necesaria para golear con un contundente 5-1. El Córdoba sufrió el hambre goleador de Ángel Rodríguez, suplente la pasada jornada en Liga y autor de tres de los cinco goles del encuentro.
El delantero del conjunto madrileño se llevó el balón firmado, se reivindicó con su actuación y, junto a Francisco Portillo y Rober Ibáñez, protagonizó el duelo con sus goles. Muy cerca del Coliseum, en Vallecas, el Rayo no pudo con el Leganés en una eliminatoria muy igualada que finalmente se decantó del lado del conjunto "pepinero".
Después del 2-2 del primer encuentro, la vuelta se presentaba llena de incógnitas por el resultado final de la eliminatoria. Entonces, apareció el portero ucraniano cedido por el Real Madrid, Andriy Lunin, suplente en Liga pero enorme en Copa con una actuación que salvó al Leganés.
Aparte de parar un penalti a Bebé, fue un muro para los jugadores del Rayo, que acabaron eliminados por un gol del uruguayo Emiliano Velázquez en propia meta. En Mestalla, como el Getafe, el Valencia tenía la eliminatoria encarrilada después de la buena actuación de Santi Mina en el estadio de la Romareda.
Allí marcó un doblete, su equipo ganó 1-2 al Ebro y semanas después, con un tanto del belga Michy Batshuayi, que con su acierto evitó los pitidos de su público. Hasta el minuto 58, cuando marcó su gol, había fallado muchas ocasiones que comenzaban a desesperar a su hinchada, a punto de explotar contra su delantero. Sin embargo, con un remate de cabeza, calmó las aguas que venían revueltas y después el portero Jaume Domenech hizo el resto para evitar cualquier atisbo de remontada del conjunto aragonés.