Un tanto de Juan Cala dio la victoria al Getafe (1-0) ante el Málaga y apretó la soga del entrenador del conjunto andaluz, José Miguel González "Míchel", discutido antes del duelo y que podría abandonar el club tras perder en el Coliseum Alfonso Pérez.
Míchel, por enésima vez, se jugaba el pescuezo en una temporada llena de altibajos. En esta ocasión, parecía que el ultimátum iba en serio.
El técnico del Málaga iba a tirar los dados en el estadio en el que comenzó a dirigir equipos en la elite. En 2008 comenzó su aventura en Primera División con el Getafe y su exclub podía ser su verdugo. Penúltimo en la clasificación, el Málaga tenía que ganar para mantener intactas las opciones de su entrenador para seguir en el banquillo.
La empresa no era fácil. Enfrente tenía a un equipo que aún sueña con Europa. Posibilidades tiene. Está más cerca de jugar por el continente que de los puestos de descenso.
Una victoria del Getafe permitía al cuadro de José Bordalás mantenerse en la zona noble y acabar la primera vuelta con 26 puntos, cuarto mejor registro en los 13 años que ha jugado en Primera División.
Sin embargo, el entrenador del Getafe tuvo que lidiar con una situación recurrente en su club. En muchas ocasiones, a lo largo de los años, el presidente Ángel Torres ha vendido a jugadores en el mercado de invierno sin anunciarlo, casi a escondidas.
Y, en esta ocasión, la ausencia de Vicente Guaita de la convocatoria era indicativa de su inminente marcha al Crystal Palace inglés.
Bordalás volvió a colocar por segunda jornada consecutiva al argentino Emiliano Martínez bajo los palos junto a un once en el que aparecieron el japonés Gaku Shibasaki y el marroquí Fayçal Fajr con los que el técnico alicantino intentó conseguir algo más de creatividad en el centro del campo. Ésta no llegó.
Por lo menos en los primeros 45 minutos, en los que Málaga y Getafe jugaron muy poco. Dominaron los segundos, con los hombres de Míchel agazapados esperando un contragolpe para asustar al público presente en el Coliseum Alfonso Pérez. Ese dominio no obtuvo ninguna recompensa.
Tampoco en ocasiones claras, a excepción de un mano a mano de Jorge Molina en los primeros minutos que el delantero del Getafe mandó fuera de la portería defendida por Roberto. Fue la única ocasión clara de una primera parte obtusa, que contó con disparos inocentes de Málaga y Getafe que no fueron a ningún sitio.
El puesto de Míchel en el banquillo se iba a jugar en los segundos 45 minutos. Ambos equipos saltaron al terreno de juego con la misma actitud.
El Getafe dominaba la posesión y el Málaga se dejaba esperando dar un buen picotazo que pudo conseguir con un cabezazo del uruguayo Federico Ricca tras una falta lanzada por Recio que salvó Emiliano Martínez con una mano salvadora.
Shibasaki contestó con una aproximación por la línea de fondo con la que consiguió que la pelota se paseara por las inmediaciones de la portería de Roberto. Fue la última de ambos equipos en media hora, hasta que llegó el gol de Juan Cala después de un periodo de sopor sobre el césped del Coliseum.
Una falta sacada por Fajr cayó en las botas de Ángel Rodríguez, que de volea centró la pelota hacia el central del Getafe para que la rematara de cabeza al fondo de la portería del Málaga.
Era el minuto 73 y Míchel estaba definitivamente con el agua al cuello. Sus hombres tenían 17 minutos para sostener a su entrenador. Sin embargo, no lo consiguieron. A lo largo del resto del partido ofrecieron la misma imagen triste, dubitativa y sin ideas que han mostrado a lo largo del curso.
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Fue insuficiente para remontar el 1-0 que podría acabar con la etapa de Míchel en el Málaga. Y, ya de paso, permite al Getafe seguir soñando con Europa.