La Guardia Civil ha presentado ante el juez Joaquín Aguirre su informe definitivo sobre el 'caso Negreira'. Según este documento, al que ha tenido acceso laSexta, "no ha quedado acreditado" que los 7,5 millones de euros que pagó el FB Barcelona a empresas vinculadas al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros José María Enríquez Negreira y a su hijo Javier Enríquez Romero, en el período correspondiente entre 2001 y 2018, "tuvieran como finalidad la realización de unos supuestos asesoramientos en material arbitral".
En el informe destacan que no se ha acreditado el destino final de "informes arbitrales" confeccionados en el período 2014-2018 por Negreira al Barça ni se ha constatado la utilización de los mismos por parte de ningún departamento del club, incluido el cuerpo técnico.
Además, entre sus conclusiones señalan que Negreira tenía una gran capacidad de influencia en el colectivo arbitral, asegurando que su puesto en el comité no era meramente de representación. "Ejercía funciones relevantes en el seno de esa entidad, como las de comunicar a los árbitros los ascensos y descensos, revisar las puntuaciones de las clasificaciones o acudir a las concentraciones periódicas, por las que percibía importes en concepto de dietas".
De hecho, señalan que era una persona "afín al presidente del CTA", con el que mantenía una relación "muy estrecha". "Recaía en Negreira la participación directa como comunicador a los árbitros, no sólo de las clasificaciones provisionales, comunicadas en las reuniones físico- técnicas de mitad de temporada, sino la comunicación telefónica a los árbitros de los ascensos cosechados, tanto a la Primera como a la Segunda División", apuntan.
Tres millones de euros sin justificar en las cuentas de su pareja
Por otro lado, el informe de la Guardia Civil concluye que hay un total de 2.826.543,27€ de ingresos supuestamente no justificados en las cuentas bancarias de Ana Paula Rufas López, mujer del ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros.
La esposa de Negreira no solo recibió dinero procedente del Barcelona, sino que también mantuvo negocios con el CTA, como el suministro de material de oficina, como estuches, bolígrafos metálicos, carpetas, llaveros bañados en oro, relojes, pins, objetos con logotipos grabados o marcados a láser. Estos servicios de suministros los realizó a través de la sociedad DASNIL 95 SL.