Se emocionaron los dos y dejaron palabras para grabar en piedra. Primero, para el club. Torres aseguró que "ha sido un orgullo, un honor y un provilegio vestir esta camiseta", para Iniesta, parecido: "Ha sido un orgullo y un placer representar a este club, para mí el mejor del mundo".
También mensajes para su afición. De Torres: "Vosotros, de corazón, me habéis hecho sentir la persona más feliz del mundo". Iniesta, también: "Gracias a vosotros, mi afición. Por todo el cariño, por todo el respeto que me habéis hecho sentir desde el primer día que llegué aquí como un niño".
Las lágrimas de ambos
Y Torres, llenó las gradas de lágrimas al dar las gracias a dos abuelos. Al de todos, a Luis Aragonés, y al suyo: "Me dio el regalo más grande que se puede hacer, que es hacerme del Atleti".
Los dos, hombres de club, fueron niños de club. Fernando soñaba con ser como Kiko. La infancia de Iniesta fue "del Madrid a todo poder". Los dos hicieron a la Selección brillar. Uno, nos dio la Eurocopa de 2008. El otro, el Mundial de 2010.
De ahí que el reconocimiento sea universal, y no solo de sus aficiones. Y a Iniesta aún le queda Rusia. Pero los gestos más emotivos fueron los de sus aficiones. Fiestas gemelas en espectáculo. En la grada, en el césped, en los regalos.
Homenajes por todo lo alto
Torres vivió un carrusel. Camiseta gigante, su primera ficha, una baldosa en el paseo de las leyendas, camiseta gigante firmada por la afición, la de enmarcar, por la plantilla, la insignia de oro y brillantes, su familia...
Iniesta también tuvo su vídeo, el calor de la plantilla, con su 8 infinito, de la familia. Música, proyecciones sobre el césped, pirotecnia que siguió desde el suelo, y la emoción de sus compañeros, que siguió desde el cielo.