El Leganés selló, casi de forma definitiva, su permanencia en la máxima categoría del fútbol español al hacer de la necesidad virtud y firmar un partido redondo ante un Betis desposeído de ambición (4-0).
Parecía el Leganés mentalizado de inicio para librar una batalla larga e intensa pero todo se le puso de cara mientras caía el sol, en los poco más de diez minutos que transcurrieron tras un tímido aviso de Álex Alegría.
En su primer acercamiento los blanquiazules movieron el balón por el frente de ataque después de una contra y este acabó llegando al costado diestro, zona donde se incorporaba Tito. Centró el lateral y cortó la trayectoria con la mano Álex Martínez. No apreció nada Trujillo Suárez pero después de escuchar a su linier señaló el punto de penalti.
Asumió la responsabilidad el argentino Alexander Szymanowski, ataviado con el brazalete de capitán en ausencia de su compatriota Martín Mantovani, y engañó al guardameta disparando hacia el lado contrario de su vuelo.
Una acción aislada que tornó en decisiva, justo igual que sucedió con la del segundo tanto. En esta ocasión el peligro nació de un golpeo lejano y sin aparente peligro de Diego Rico que cayó en los pies de Nabil El Zhar. Controló el franco-marroquí y batió con serenidad a Adán en su salida.
Lo más difícil estaba hecho pero era necesario mantener la calma para evitar un disgusto, saber gestionar la ventaja con casi todo el duelo por delante ante un rival al que solo el orgullo le impedía bajar los brazos. Ayudó a ello la incomodidad por el resultado y por los cánticos de una afición verdiblanca que tan pronto pedía la salida del entrenador como entonaba 'El Lega es de Primera'.
Controlado el esférico, comenzaron a mostrarse con cierta recurrencia, Así llegó un disparo mordido, un lanzamiento de falta que se fue por encima del larguero y una jugada individual de Rafa Navarro que terminó en parada de Herrerín.
Lo justo para dar señales pero no demasiado para meter el miedo en el cuerpo. El descanso sirvió de anticipo para la irrupción de los que quizás eran los cuarenta y cinco minutos más importantes en la temporada del Leganés.
Aguantar suponía dejar prácticamente amarrado el objetivo. Y sucedió lo previsible, que el encuentro entró en una fase de letargo entre un Betis que se fue diluyendo y la voluntad local de dejar pasar el tiempo aprovechando alguna oportunidad si se diera el caso.
Sin embargo no hicieron falta para ampliar la cuenta porque el tercero llegó desde el lugar menos esperado, el centro del campo. En una noche mágica faltaba un gol a la altura y Gabriel se coronó con un impacto impecable desde más de cuarenta metros que superó por alto a Adán. La mejor diana de la campaña en el día más propicio para ello. Parecía la guinda pero no lo era.
Poco después de que Herrerín se apuntara su parte de protagonismo estirándose para sacar un cabezazo de Álex Alegría, se completó la goleada. Lo hizo Szymanowski, completando su doblete con una internada por zurda a la que puso el broche con calidad.
A partir de ahí aplausos mezclados con ovaciones. Lo propio en una afición que ve como la continuidad entre los grandes está al alcance de la mano.
Un punto, cualquier tropiezo del Sporting o que el Deportivo sume solo un empate en los dos partidos restantes será suficiente.