Un campo destrozado, un equipo que ya no puede jugar y un culpable de cuatra patas... Los jabalíes.
Ellos son los jugadores del Cazás. El ayuntamiento prohibe la caza del jabalí y ahora tienen que jugar en el del pueblo vecino.
Y eso que intentaron poner solución, pero los animales no se dieron por vencidos. Ahora piden ayuda. Son entre 10 y 15 invitados no deseados.