El entrenador del Sevilla, Pablo Machín, se mostró tremendamente enfadado por la jugada de la expulsión de su jugador Roque Mesa, lo que consideró "determinante" para la derrota ante el Betis (1-0) y dijo que en esa acción "se cambió una agresión de Pau López por una amarilla a Roque Mesa".
"La he visto claramente, sin querer calentarme y sin hacer victimismo, pero una imagen vale mas que mil palabras", destacó el preparador soriano en la sala de prensa del estadio Benito Villamarín. Machín señaló que la jugada "clave" llegó "en el mejor momento" de su equipo -minuto 65 llegó la segunda la tarjeta amarilla a Roque Mesa con empate a cero- y "hubiera sido penalti y expulsión", dijo.
El BAR y el VAR
"Se supone que el VAR -vídeo arbitraje- iba a hacer un bien al fútbol, hacer justicia, pero yo y el sevillismo estamos hoy enormemente defraudados", insistió. Machín afirmó que él es "el primero que hace autocrítica" pero que este partido "ha estado condicionado por esa decisión" y que hasta ese momento "estaba el partido abierto".
"Cuando ahora tienen la tecnología, por favor no pueden expulsar a un jugador en una jugada que era penalti y expulsión del portero", reiteró el preparador sevillista, quien dijo que "para eso mejor arbitrar en el BAR con 'B' tomando unas cañas".
Machín, por otra parte, también se refirió a la lesión del defensa argentino Gabriel Mercado, quien dejó en los últimos instantes a su equipo con nueve jugadores al tener que marcharse en camilla y estar hecho ya los tres cambios. "Sabiendo que es un jugador con garra, lo que tiene puede ser preocupante", afirmó sobre Mercado, quien fue trasladado a un hospital para valorar sus dolencias.