El Manchester City de Pep Guardiola se cobró la venganza del partido del Camp Nou y remontó el tanto inicial de Leo Messi ante un Etihad Stadium que acabó vibrando con el juego desplegado por su equipo. Liderados por un excepcional Kevin de Bruyne y por el acierto goleador de Gündogan, el equipo inglés firmó su mejor partido de la temporada.
El partido respondió con creces a las expectativas. Los dos equipos fueron fieles a su juego ofensivo, a veces penalizado con errores en la salida de balón como el de Sergi Roberto que propició el 1-1 de Gündogan al borde del descanso.
Esta vez Guardiola supo encontrar la tecla, como temía Luis Enrique en la previa del duelo. Y eso que no pudieron empezar peor las cosas para el City. Primero el colegiado interpretó un derribo de Umititi a Sterling como un piscinazo del futbolista inglés y luego una ocasión ante Ter Stegen acabó con una contra marca de la casa para que Messi volviera a desatar el pánico en tierras inglesas.
El conjunto de Guardiola quedó tocado durante algunos minutos, pero el Barcelona no supo rematar a un rival malherido y acabó pagándolo. Un error de Sergi Roberto en la salida de balón se convirtió en el 1-1. Agüero recogió el regalo, le puso un lazo y se la cedió a Sterling para que éste la pusiera en el segundo palo, donde Gündogan entró como un cohete para hacer el empate.
Ahí combió el partido y la noche. La segunda parte fue una montaña rusa en el que el City acabó con el Barcelona. De Byrune, de falta directa, y Gündogan, de nuevo, sometieron al Barcelona de Messi. Guardiola, esta vez sí, halló la fórmula para someter a su exequipo.