La ministra alemana de Justicia, Katarina Barley, calificó de "señal alarmante" la decisión del germano-turco Mesut Özil de dejar la selección nacional. "Es una señal alarmante que un gran futbolista como Özil no se sienta querido en su país ni representado por la DFB por racismo", escribió la ministra en su cuenta en Twitter, tras las críticas lanzadas por el jugador al presidente federativo, Reinhard Grindel.
Özil comunicó su decisión de retirarse de la selección con una declaración enviada en tres partes a través de su cuenta en la mencionada red social, donde afirmaba que para Grindel y su cúpula un jugador de origen inmigrante como él solo es aceptado cuando se gana, pero no cuando se pierde.
El centrocampista, de 29 años y hasta ahora pieza clave en la selección, acusaba a la federación de no aceptarlo como alemán, pese a haber ganado en 2014 la Copa del Mundo para el país donde nació.
"Tengo dos corazones, uno alemán y otro turco. Nací y fui educado en Alemania. ¿Por qué hay gente que sigue sin aceptar que soy alemán", preguntaba el centrocampista, exjugador del Schalke, Werder Bremen, Real Madrid y actualmente en el Arsenal de Londres.
Özil se pronunció así por primera vez tras el revuelo causado por una fotografía en la que aparecía junto al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cuestión que desató una fuerte controversia en Alemania por entenderse como un apoyo a la campaña de éste por la reelección.
El jugador explicó que decidió hacerse esa foto porque no hacerlo se hubiera interpretado como "una falta de respeto" hacia sus "raíces turcas", para añadir que "volvería" a hacerlo."Para mí, hacerme una foto con el presidente Erdogan no tiene nada que ver con la política o con las elecciones, sino con el respeto hacia el máximo cargo del país de mi familia", comentó.
La controversia en torno a la foto acompañó a Özil todo el Mundial de Rusia y persistió tras la eliminación prematura de la selección alemana, que defendía el título, en la fase de grupos. La dimisión del centrocampista ha desatado, en paralelo, una lluvia de críticas a la cúpula federativa, fuertemente cuestionada ya por el mal papel de Alemania en Rusia.
El presidente del Consejo Directivo del Bayern Múnich, Karl-Heinz Rummenigge, arremetió ya contra Grindel, al que calificó de incompetente. El exportavoz de la DFB, Harald Stenger, sostuvo que Grindel es "el peor presidente federativo de la historia", en declaraciones a la televisión pública ZDF y consideró que era el momento de relevarlo, independientemente del caso Özil.