Hacía seis años y medio que el colombiano no marcaba en la máxima competición continental y para celebrar el regreso de su legendario olfato goleador lo hizo por partida doble. El capitán monegasco hundió aún más al club moscovita en la crisis con unos gloriosos minutos en los que olvidó la retahíla de lesiones que le ha torturado durante los dos últimos años.
Salió el Mónaco con la intención de resolver cuanto antes el partido, sabedor de que su rival llega en un mal momento de forma (una victoria en los últimos 5 partidos oficiales) y que al mínimo traspiés se podría venir abajo.
Además el CSKA se presentaba como un pésimo competidor cuando juega fuera de Rusia. En sus últimos diez desplazamientos había perdido nada menos que ocho. Con semejantes antecedentes Leonardo Jardim sabía que sus jugadores tenían que salir a matar el partido cuanto antes.
Dicho y hecho. A los 12 minutos, el CSKA despejó mal un lanzamiento de falta monegasco y en la confusión el balón le cayó a Germain en el corazón del área. Akinfeev nada pudo hacer ante el marsellés que acabó empujado el balón sólo en la línea de gol. El conjunto moscovita tiró de orgullo y se lanzó al ataque, pero se topó con un gran Subasic.
El croata atajó los disparos de Tosic, primero y Strandberg, minutos después. Ahí acabó el partido para el conjunto ruso y empezó el recital de Radamel Falcao, asistido por un espectacular Benjamin Mendy. A punto de cumplirse la primera media hora de juego, el lateral zurdo francés tras una cabalgada en la que dejó atrás a Wernblom envió un centro medido a segundo palo donde llegaba totalmente sólo Falcao.
El colombiano marcó en Champions tras seis años y medio
Un gol redentor para un delantero que lleva dos años tratando de volver a ser el jugador desequilibrante que le convirtió en uno de los más cotizados del planeta. Para demostrar que además de no haber perdido su instinto goleador sigue teniendo una técnica endiablada, Falcao marcó un golazo a falta de cuatro minutos para el descanso.
Con el defensor a su espalda, recibió un pase de Germain con la zurda y tras realizar un rápido giro sobre sí mismo batió a Akinfeev con un latigazo con la diestra. El doblete puso en pié al príncipe Alberto y llenó de orgullo al presidente ruso del club de la Costa Azul, Dimitri Rybolovlev, que apostó por el atacante esta temporada pesar de que, por culpa de las lesiones, había pasado con más pena que gloria dos años en el fútbol inglés.
En la segunda mitad, con el CSKA en la lona sin capacidad de reacción, el interés del partido se centró en seguir a Falcao que salió determinado a ampliar su cuenta goleadora. En el minuto 54 Akinfeev evitó su triplete con una gran parada, aunque el árbitro anulara la jugada por una mano de Germain.
Con el partido ya resuelto, Jardim decidió que su capitán se merecía una ovación y le retiró a falta de un cuarto de hora para el final.
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El CSKA se despidió de Mónaco encajando una goleada que pudo haber sido peor si no fuera por que Akinfeev paró un fuerte disparo de Mbappé y el palo rechazó otro de Carrillo.