Las Palmas y Espanyol igualaron en un partido con un tiempo para cada equipo, con ventaja visitante de dos goles en el primer tiempo y reacción en el tramo final del equipo canario, que falló un penalti en el tiempo de prolongación en las botas de Jonathan Viera para una remontada que rozó.
Quique Sánchez Flores revolucionó el once inicial de su equipo, no solo en cuanto a piezas sino en el dibujo táctico. El técnico madrileño tenía muy claro que debía desactivar el juego asociativo de la Unión Deportiva, donde los canarios se manejan con soltura. Con tres futbolistas en el centro del campo y otros tres escalonados para el ataque, el Espanyol dificultó el fútbol de su rival y jugó mucho tiempo en campo contrario.
El equipo isleño, sorprendido por el planteamiento de los periquitos y tanto tráfico de jugadores por la zona central, se vio obligado a jugar al contraataque, aunque fue el primero en crear peligro con un disparo del argentino Calleri que rechazó Pau López. Al Espanyol le había faltado algo de colmillo para someter a un rival que suele hacer aguas en defensa, hasta que Víctor Sánchez filtró un buen pase a Leo Baptistao, cuya posición habilitaba Bigas, y el brasileño se plantó solo ante Lizoain para regalar el gol a Gerard Moreno.
El gol hizo mucho daño a Las Palmas, que solo reaccionó a fogonazos, cuando su adversario bajó la concentración y le dejó combinar más de dos toques. Cuando parecía que los amarillos empezaban a competir, Sergio García realizó una maravillosa maniobra técnica dentro del área, controlando un balón picado por David López, y tras quebrar a Dani Castellano asistió en el palo alejado a Gerard Moreno, que desempaquetó el segundo regalo que le hicieron sus compañeros.
El propio Gerard, en el último minuto de la primera parte, perdonó el tercer gol visitante con un disparo desviado, casi un penalti en movimiento, entre un clamor de protestas del Estadio de Gran Canaria y gritos de "Ramírez vete ya", dedicados al presidente.
El rápido descanso fue lo mejor que le pudo pasar a Las Palmas para intentar empezar un nuevo partido, eso sí, contracorriente. Pese a la cómoda ventaja del Espanyol, el desenlace del encuentro estaba en un posible tercer gol del equipo catalán, perdonado en varias ocasiones porque la defensa de Las Palmas se desmadejaba con suma facilidad, o en el primero del equipo local, que logró, pero fue anulado por fuera de juego de Calleri (minuto 68).
El conjunto catalán estuvo más contemplativo en el último cuarto del partido, y con ello le dio una vida extra a la Unión Deportiva para marcar un tanto que le metiera en la pelea. Y lo hizo Rémy, de volea, tras un centro de Hernán Toledo en el primer balón que tocaba el extremo argentino. Las Palmas se volcó con el estado anímico recobrado e igualó el choque con un gran cabezazo de Calleri, elevándose más que nadie para rematar un centro de Míchel Macedo.
El tramo final fue trepidante. Rémy cabeceó un balón que escupió el travesaño, y también pudo ganar el Espanyol con una gran volea de Gerard Moreno que pasó cerca del palo, en el tiempo de prolongación.
En la última jugada del choque, Jurado derribó a Jonathan Viera dentro del área y el propio jugador grancanario lanzó la pena máxima, pero Pau López adivinó el sitio elegido por el atacante internacional y rechazó su disparo, dejando la miel en los labios al equipo local.