Según explicó Ann Franke, directora del Instituto de Administración Chartered del Reino Unido, las bromas y las charlas sobre fútbol podrían llevar a que las mujeres se sientan excluidas en sus puestos de trabajo. "Muchas mujeres tienen la sensación de quedarse fuera. No siguen esos deportes y no les gusta verse forzadas a hablar de ello o a verse excluidas", dijo Francke en la BBC. "No tengo nada en contra de los deportes o de los aficionados, pero el problema es que mucha gente no los sigue", añadió.
Para Francke, una de las preocupaciones en que en las discusiones sobre fútbol, las decisiones del VAR pueden excluir "desproporcionadamente" a las mujeres y dividir las oficinas: "Es muy fácil empezar hablando del VAR y acabar dándose palmadas en la espalda y charlar sobre las conquistas sexuales del fin de semana".
Según lo expuesto por Francke, estas conversaciones sobre fútbol no se deberían prohibir, si no únicamente moderarse, además de que los jefes deberían ser inclusivos y asegurarse de que todo el mundo se sienta cómodo en sus puestos de trabajo.