El Sevilla ha perdido por 0-1 su amistoso de esta tarde contra el Benfica portugués, en el estadio Letzigrund de Zúrich, que fue un ensayo general para el debut en la Europa League del conjunto español ante el Upjest húngaro. El único tanto del encuentro fue obra del benfiquista Castillo, en la segunda mitad.
Un gol que castigaba la poca mordiente de un Sevilla con muchas carencias y todavía muy lejos de haber asimilado el sistema de su nuevo entrenador. Pablo Machín puso en liza un equipo que a estas alturas se puede considerar titular, que mostró a partes iguales una aceptable evolución en el juego que quiere imponer el nuevo entrenador y una colección de errores ya conocidos, como la fragilidad a balón parado en el campo propio y la falta de contundencia en el rival.
El francés Amadou, uno de los pocos fichajes que han llegado al club hispalense a estas alturas de pretemporada, jugó todo el encuentro y demostró que va a ser un bastión para los blancos ya sea jugando de central, como ahora es necesario, o bien como medio centro defensivo, su posición natural.
Fue lo poco reseñable de un conjunto con poca llegada en el primer acto. El partido se desnaturalizó mucho y empeoró, especialmente en el bando sevillista, cuando se produjeron los innumerables cambios propios de estos encuentros.
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Y con los cambios, el definitivo 0-1, obra de Castillo en el minuto 56. Quedaba partido, pero el Sevilla se mostró incapaz de nivelar la contienda.
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