Durante el encuentro de la Segunda División femenina entre el Terrassa B y el Viladecavalls, las futbolistas locales fueron objeto de insultos y palabras ofensivas por parte de los jugadores del Terrassa de veteranos que jugaban a continuación y estaban calentando, y que posteriormente desencadenó un enfrentamiento que terminó con la suspensión del partido y una sentada de las jugadoras de ambos equipos.

El club catalán condenó posteriormente "cualquier acto de violencia física y verbal" y convocó "de forma inmediata a los responsables de todos los equipos y las áreas implicadas", además de abrir "una investigación interna para esclarecer" lo sucedido de cara a "tomar todas las medidas necesarias".

Campo de fútbol

Un día después, el Terrassa, a través de su Consejo de Administración y "de conformidad con lo que establece el Reglamento de Régimen Interno", decidió "retirar de la competición al equipo de Veteranos por considerar que las descalificaciones por insultos machistas son una falta muy grave".

"Desde el Terrassa FC continuaremos trabajando hoy y siempre de una forma muy activa y enérgica por la igualdad. Nos hemos comprometido a avanzar en la construcción de una sociedad y un deporte que camine con un valores alejados de cualquier tipo de violencia, desde el respeto, el trabajo en equipo, la lucha, el esfuerzo y la superación y lo continuaremos haciendo", añadió el comunicado del club.

Por su parte, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) también expresó su enfado con lo sucedido. "La RFEF quiere mostrar su más enérgico rechazo a los insultos soeces y machistas vertidos por parte de los veteranos del Terrassa FC hacia las futbolistas que disputaban el Terrassa B femenino - EF Viladecavalls. Estos comportamientos NO SON ACEPTABLES en nuestro fútbol", aseveró.