Tras un infierno con nueve operaciones, tras volver a empezar nueve veces, Scuderi se ha rendido. Un calvario que empezó llevándose las manos a la cabeza, un gesto que hacía temer lo peor. Y lo peor se confirmó: se había roto la rodilla.

Y lo que quería era volver a jugar, hace unos meses incluso llegó a entrenar con el Dortmund. Hasta que finalmente y con solo 21 años ha tenido que renunciar a su sueño.

"No fue una decisión fácil, jugar al fútbol siempre fue mi gran sueño. Lo di todo, luché y tuve ofertas para seguir jugando". Pero una lesión terrorífica le ha ganado la batalla.