Sandra sabe más que nadie lo que significa luchar. Luchó por conseguir que sus padres le apuntasen a kárate, como a su hermano; peleó para que Jesús del Moral la entrenase y batalló junto a su madre para ayudarla a superar un cáncer. Combates del pasado que han llevado a Sandra a ser la mejor karateca de la historia.

"Cuando se hace el kata con el corazón, se suda con el alma". Lo dijo Jesús en un entrenamiento, pero lo hace Sandra cada vez que pisa el tatami. Sandra es sacrificio, tesón y alma. Sandra es una sonrisa de oreja a oreja.

"Eres la mejor. Sal y haz que se nos pongan los pelos de punta". Son las palabras de su entrenador antes de competir. Y Sandra lo hace. Respira, coge aire, cierra los ojos un segundo, se concentra y golpea. El corazón a mil por hora. Respira, coge aire y golpea de nuevo. El cuerpo relajado, pero alerta. Respira, coge aire y golpea. Así una y otra vez, en una coreografía perfecta que la lleva a pisar el podium constantemente.

"El éxito de Sandra ha sido la superación"

Pero siempre hay algo que mejorar para la karateca. Sandra analiza su ejercicio después de cada competición: "Me hace conservar la ilusión, la motivación y tener ganas de ir a entrenar al día siguiente", admite. Incluso después de conseguir el oro, piensa que puede hacerlo mejor: "El éxito de Sandra ha sido la superación, el no pensar hoy qué hay más allá", dice Jesús. Cada medalla es un paso.

El triunfo de Sandra reside en el día a día. La karateca vive cada campeonato como único. Siempre intenta ser mejor que la vez anterior, ser su propia rival y superarse. Así desde que pisó por primera vez una tatami con cuatro años hasta ahora, que tiene treinta y siete. Muy mayor para ganar, pensaban muchos. Y lo decían.

Sandra comenzó a escuchar que era 'demasiado mayor' después de ganar el campeonato de España en 2015. Claro que dolía escucharlo, pero no importaba. Sandra decidió creer en sí misma: "Sé que puedo hacerlo y algún día se darán cuenta de que estaban equivocados", pensaba. Y efectivamente lo estaban.

Esfuerzo, trabajo e insistencia. Así ha llegado Sandra a ser la número uno del mundo: "Soy consciente de lo que me ha costado llegar y lo valoro de una manera muy especial, con muchísima ilusión". Y no se cansa de cosechar éxitos. Lleva cuatro años en la cima, pero más de veinte sin ganar: "La balanza todavía no está equilibrada", dice y sonríe. Ahora disfruta de las victorias, pero le ha costado "infinito" llegar: "Ha sido un camino duro, pero que no cambiaría. Me ha hecho ser quien soy". Y Sandra es enorme.

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Producción: Javier Torrijos | Realización: Juan Gutiérrez | Redacción: Sara Campos y Bea Lozano | Imagen: Carlos Matarranz y Juan Gutiérrez | Grafismo: Nacho Félez y Nacho Sanz | Texto: Sara Campos

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Agradecimientos: a toda la familia de Sandra Sánchez y a Javier Pineño.