Fernando Alonso estaba realizando una gran carrera en elGP de Estados Unidos. El asturiano, que arrancaba 14º tras penalizar una vez que clasificó en novena posición, marchaba en zona de puntos antes del ecuador de la carrera gracias a la elección de neumáticos y a un safety car que aprovechó para cambiar neumáticos. Sin embargo, todo se fue al traste cuando se encontró con Lance Stroll.
Cuando se encontró con quien será su futuro compañero de equipo en Aston Martin. Era la vuelta 23 cuando Fernando, que llegaba en vuelo tras una gran pasada a Pierre Gasly, se vio las caras con el canadiense. Ahí le cogió el rebufo, le ganó la aspiración... y sucedió.
Stroll, que ya estaba prácticamente superado por Fernando, dio un volantazo a la izquierda y cambió bruscamente la dirección con Alonso a su lado. Se lo llevó por delante, y el Alpine se puso a dos ruedas mientras su alerón delantero se rompía a trozos.
Poco más y habría sido mucho peor, con un ángulo de impacto más peligroso que, por fortuna, no hubo que lamentar. Alonso, por radio, se notaba asustado al no saber qué había pasado y simplemente ver el cielo desde su monoplaza.
Llegó como pudo al 'pit lane' para cambiar las piezas afectadas, pero su carrera estaba completamente perdida.
Mala jornada para los españoles, pues Carlos Sainz apenas pudo dar una vuelta tras embestirle George Russell en la primera curva del GP de EEUU.