A una semana de la pelea, Desirée Rovira tuvo que ir directa al hospital. "Me trasladaron a Cádiz, donde fui ingresada", relata la luchadora de Muay Thai. Su compañero Carlos Coello lo explica: "Tuvo que ser asistida en el aeropuerto". La razón: su pie se comenzó a hinchar y tenía fiebre. Sufría una infección.
Pero eso no le impidió competir. Estuvo ingresada hasta el miércoles, momento en que le dieron el alta para poder competir. Esta infección apareció por primera vez el año pasado. Fue la propia organización del evento la que confirmó que Desirée luchó lesionada.
"Ella, con gran corazón guerrero, decidió no dejar tirada a la organización del evento, en este caso a nosotros, y luchar de 'tú a tú' contra una durísima rival italiana", ha explicado Cadiz Fight Night a través de un comunicado publicado en su cuenta de Instagram. Por ello, le agradecen su profesionalidad. Ella se muestra firme en su decisión: "En ningún momento se me pasó la idea por la cabeza de renunciar a la competición".
A pesar de la derrota, la gaditana siente ganadora: "Deportivamente, aunque el resultado no ha sido positivo, a nivel personal ha sido una victoria". Desirée ya piensa en la revancha: "Mi objetivo es empezar a entrenar duro de nuevo, realizar una revancha y conseguir este título internacional, que es mi sueño".