Las lagunas exhibidas por el británico Andy Murray en este comienzo de la sesión de tierra quedaron expuestas ante el croata Borna Coric, su verdugo en los octavos de final del Mutua Madrid Open,
Coric se impuso por 6-3 y 6-3 en 85 minutos y Murray encajó la sexta derrota en lo que va de año. El croata de 20 años es uno de los exponentes de la nueva generación que viene empujando. Situado en el puesto 59 del mundo, fue repescado de la fase previa tras perder en el último partido contra el kazajo Mihail Kukushkin, pero la baja del francés Richard Gasquet le dio la oportunidad de entrar en el cuadro principal.
Allí ha ganado primero al galo Pierre-Hugues Herbert y ha dado la sorpresa ante Murray, para convertirse en el primer jugador, que recuperado de la fase de clasificación, alcanza los cuartos de final del torneo madrileño en sus 16 años de historia.
Ganar a Rafael Nadal hace tres años en Basilea cuando Borna contaba solo 17, fue su primer aldabonazo, aunque entonces el español tenía pendiente su operación de apendicitis. Hace dos temporadas había vencido también a Murray en los cuartos de final de Dubai.
Y en esta, ha logrado su primer título en Marrakech al derrotar en la final a alemán Philipp Kohlschreiber. Su derecha destrozó el juego de Murray, y ahora el de Dunblane tendrá que apurar más aún su preparación para Roland Garros, tras caer en octavos de Montecarlo ante el español Albert Ramos, y en las semifinales de Barcelona contra el austríaco Dominic Thiem.
"Todo ha salido mal hoy, y por mi culpa", dijo Murray. "Hoy estoy frustrado por mi juego, quizás por eso me he reído en la pista", añadió el escocés. "El codo no es una excusa", admitió, "pero es verdad que después de regresar sin jugar partidos se hace difícil".
"Hay que darle importancia a la derrota de hoy, porque lo peor no es perder un partido, si no la forma de perderlo", puntualizó. "En Barcelona estaba triste, pero sentí que hice las cosas bien. Hoy no se lo he puesto difícil y eso me desilusiona y preocupa".