En un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la firma ha explicado que las acciones de la compañía cambiarán de manos a cambio de dicha inyección de capital, así como mediante capitalización de deuda y una ampliación de capital.
La financiación de hasta 1.800 millones será por un plazo máximo de 5 años y daría derecho a los acreedores -bonistas y banca- a recibir un 55% del capital de Abengoa, que con este acuerdo salva el que habría sido el mayor concurso de acreedores de la historia de España.
Dicha financiación tendría un rango superior a la deuda antigua y estaría garantizada con determinados activos, incluyendo acciones libres de Atlántica Yield. Según el acuerdo, el importe de la deuda objeto de capitalización se correspondería con un 70% de su valor nominal y otorgaría el derecho a suscribir un 35 % del nuevo capital.
La deuda financiera correspondiente a las líneas de liquidez concedidas al grupo en 2014 por 231 millones será objeto de refinanciación mediante la extensión de su plazo por dos años, estaría garantizada con las acciones de Atlántica Yield.
El documento añade que el importe del aumento del capital que se reservaría a quienes aportaran los 800 millones de euros de avales que se solicitan les daría el 5% del nuevo capital. Con todo ello, al término del proceso de reestructuración, los actuales accionistas de la sociedad ostentarían una participación de sólo 5% en el capital social.
No obstante, los actuales accionistas podrían aumentar esa participación hasta un máximo del 10% si en 5 años abonan en su totalidad tanto las cantidades adeudadas en virtud de la nueva financiación que se aportase en el marco de la reestructuración como la deuda existente.
Abengoa, que comunicó unas pérdidas de 1.213 millones en 2015, se acogió al preconcurso de acreedores el pasado noviembre, asfixiada por graves problemas de liquidez con una deuda bruta de 9.395 millones de euros y pagos pendientes a proveedores por 4.379 millones.