El aeropuerto turolense está lleno de aviones que no van a despegar, al menos por el momento. Una aerolínea rusa en bancarrota los ha aparcado en esas instalaciones. Llegaron en fila india, como una exhibición.

Ese aeropuerto no es de pasajeros y es viable. Funciona para mantenimiento, reciclaje de aviones y parking.

No es uno de los aeropuertos fantasmas que se han construido en otras ciudades de la geografía española porque se pensó al estilo de otros en Estados Unidos, no para viajar. El exdirector general de Transportes Gobierno de Aragón, Simón Casas, lo confirma: “En Europa no había y pensamos que Teruel puede ser un buen punto porque tenemos lo que en otros sitios escasea, poca gente, buen clima para la aeronave y no tenemos tráfico aéreo”.

Desde que existe, varias empresas han conseguido ahorrar dinero. Unos beneficios que también recogen los vecinos de Teruel, y es que los negocios y el alquiler de viviendas han aumentado su volumen de negocio.

Es un ejemplo de que un aeropuerto puede ser rentable sin necesidad de pasajeros siempre que se piense en darle una utilidad real.