El Gobierno griego había sido tajante. No cederían en ningún caso. "No vamos a sucumbir al chantaje psicológico", afirmaba Tsipras en el parlamento.
Pero al final no ha tenido más remedio que ceder. Hoy ha pedido una prórroga del rescate. Necesitan la ayuda europea, al menos seis meses más.
La situación financiera es muy delicada y el Gobierno español añade un poco más de drama al asunto. Sin la ayuda de Europa, Grecia apenas tendría reservas para unas semanas.
Aún no se conocen las condiciones exactas. Pero, de los documentos que filtró Varoufakis, se intuye que los griegos van a asumir todas las exigencias salvo dos: no están dispuestos a subir el IVA ahora que el turismo tira con fuerza, ni a bajar las pensiones, uno de sus grandes compromisos.
Ahora la clave está en saber si Bruselas relaja algo las condiciones. De momento ha sido inflexible, especialmente Alemania y quienes defienden su misma posición. Mucho más comprensivo se mostraba el presidente de la Comisión Europea. Juncker reconocía una excesiva dureza con los países rescatados.
Este viernes se reúne de urgencia el Eurogrupo para estudiar la petición griega. Si los estados miembros aceptan, la prórroga será ratificada.