Tsipras ha señalado al al diario 'Efymerida ton Syntaktón' que "la insistencia de las instituciones en nuevos recortes de las pensiones tras cinco años de saqueo a través de los memorandos (programas de rescate) solo puede explicarse por conveniencias políticas". Ha hecho estas declaraciones tras la interrupción en Bruselas de las negociaciones entre Grecia y las instituciones (Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional).
Tras la imposibilidad de llegar a un acuerdo, las negociaciones pasan a un plano superior y quedan en manos de los ministros de Finanzas de la eurozona, que se reunirán el jueves en Luxemburgo o, incluso, de los jefes de Gobierno. Fuentes comunitarias señalaron que las negociaciones quedaron interrumpidas al persistir "una importante brecha entre los planes de las autoridades griegas y las exigencias comunes" de las tres instituciones sobre las medidas fiscales.
El viceprimer ministro griego, Yanis Dragasakis, quien participó en las negociaciones sostuvo al término de estas que Grecia había presentado a los acreedores propuestas que servían para satisfacer plenamente las exigencias de los acreedores en materia fiscal y de superávit primario, pero que éstos insistieron en otro tipo de recortes. "Las propuestas abrían el camino a un acuerdo definitivo" en materia financiera, presupuestaria y de crecimiento, y "cubrían al cien por cien la brecha, tal y como lo exigían los representantes de las instituciones", explicó Dragasakis.
El viceprimer ministro recalcó que las instituciones insistieron en que esta diferencia financiera debía cubrirse "exclusivamente" con recortes de pensiones en hasta el 1 % del producto interior bruto y con el aumento del volumen de recaudación del IVA de idéntico porcentaje.
Tsipras recalcó que el Gobierno va a esperar "pacientemente hasta que las instituciones se unan el realismo". No obstante, subrayó que si alguien percibe "como una debilidad" su "sincero deseo de una solución y los pasos" que han "dado para superar las diferencias con los socios, deben de tener en cuenta" que no solo llevan "el lastre histórico de la lucha".
"Cargamos sobre nuestras espaldas la dignidad de un pueblo y la esperanza de los pueblos de Europa. Es una carga demasiado pesada como para ignorarla. No es una cuestión de la obsesión ideológica. Es una cuestión de democracia", subrayó. "No tenemos el derecho a enterrar la democracia europea en el lugar en que nació", concluyó.