Un sistema de retribución carente de "todo amparo legal". Así es como define el fiscal las tarjetas black antes de pedir cárcel para sus usuarios "para dotar de la necesaria opacidad a tales retribuciones las tarjetas fueron emitidas al margen del circuito ordinario de solicitud, aprobación, emisión y cancelación de las tarjetas de empresa".
La peor parte se la lleva Miguel Blesa, para quien solicita seis años de prisión por los 436.000 euros que gastó entre 2003 y 2010. Para Rato, que gastó casi 100.000 entre 2010 y 2012, la petición es de cuatro años y medio.
En su escrito de acusación, la Fiscalía también apunta directamente a Sánchez Barcoj. Para el exdirector general pide dos años por coordinar la emisión de los plásticos. A todos les atribuye un delito de apropiación indebida.
El fiscal da por probado que no se cumplió con Hacienda y que los beneficiarios de las no tenían que justificar los gastos. Una improcedencia, añade, que era "perfectamente conocida por todos", a pesar de que ante el juez se empeñaban en defender que todo era legal. Además de los años de prisión, el Fiscal pide que Blesa pague 9,3 millones de multa y Rato 2,6, por todo el dinero black gastado durante sus mandatos.