Arturo Fernández quiere que le quieran tal y como es, con sus virtudes de "viejo guerrero", pero también con sus defectos, o como él los llama, "esas cosas malas que tiene", aunque sean imputaciones judiciales.
Pero Arturo Fernández no va a permitir que "esa cosa mala que tiene" lastre su candidatura a volver a presidir la patronal madrileña. En todo caso, para él el enemigo es su rival en las urnas, Hilario Alfaro, al que acusa de juego sucio: "Que deje de tocarme las narices".
Es su forma de resolver la polémica. Entre la amenaza: "No he abierto la boca en tres meses, y puedo abrirla". Y el enfado con estrépito cuando toca defender a la mujer del presidente madrileño, Ignacio González: "Lourdes Cavero no cobró nada de la formación". Ni cobró Lordes Cavero, dice, ni por supuesto él: "Ni dinero pa' las copas".
Hace un año le tocó explicar a Arturo Fernández por qué los trabajadores de su empresa denunciaron cobrar una parte de dinero negro. Primero dijo que era víctima de una cacería, y minutos después reconoció los problemas. Al final, cerró el entuerto pagando más de 670.000 euros.