Tras el regreso del volumen de trabajo necesario para asegurar su futuro económico, los astilleros vascos se empiezan a recuperar, gracias, en parte, a los atuneros congeladores.
En el País Vasco, se construyen más de la mitad de los barcos que se fabrican en España. Uno de esos buques, es El Guría, un atunero de última generación que opera en el Átlántico.
José Luís Valdizan, trabajador del astillero Zamakona, detalla los encargos que tiene en estos momentos la empresa. "Ahora vamos a entregar un ferry, tenemos contratado un cablero, una draga".
Por otro lado, Txema Belón, trabajador del astillero La Naval, comenta que en los 35 años que lleva en la empresa, siempre han habido altibajos, con momentos de mayor o menor trabajo, pero se muestra optimista de cara al futuro. "Yo creo que saldremos adelante", declara.
El secreto que tienen estos astilleros es construir buques de alta tecnología para diferenciarse de sus competidores, sobre todo coreanos. David Ordóñez, director comercial de Astilleros Zamakona, afirma que su empresa se adapta a las necesidades del cliente. "Barco hecho a medida, con los requerimientos del armador y a gusto del armador" señala.
Una forma de trabajar, que ha estado en peligro tras la anulación del tax lease, una subvención que daba el Estado a los inversores navieros españoles para construir barcos. Dos años después, el Tribunal Europeo acaba de declarar esas ayudas legales.
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Javier López de la Calle, director del Foro Marítimo Vasco, explica lo que supone la eliminación del tax lease: "Europa tiene una deuda moral con la indrustria naval. habra que ver como se puede compensar a esas 30 empresas de la industria que han perdido sus puestos de trabajo" afirma.
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