Tras siete días de huelga de limpieza en Madrid, los residuos se acumulan por todas partes. Las papeleras y los contenedores están desbordados y en algunas calles el olor empieza a ser insoportable.

Ante esta situación, los expertos alertan de que si los vertidos continúan puede haber un contagio por inhalación o por roce. Aparecerán insectos y roedores, ambos potenciales transmisores de enfermedades infecciosas. "Puede conllevar problemas dermatológicos y respiratorios", explica Milagros González, médico de atención primaria.

Los vecinos están hartos, aseguran que es una de las veces que peor han visto Madrid. Los niños ya no pueden jugar en los parques porque están hasta arriba de desperdicios en fase de descomposición. "Vas por todos los rincones y encuentras porquerías y cualquier infección puede afectar a los niños", cuenta una ciudadana de la ciudad.

La oposición también pone el grito en el cielo. Aseguran que esto ya no es sólo una cuestión de imagen. Dicen que la huelga de limpieza puede derivar en una emergencia sanitaria. "Lo que espanta es comprobar que la alcaldesa Botella siga permanenciendo impasible ante este asunto que en el séptimo día de huelga se ha convertido en un problema de salubridad pública".

Aun así, el ayuntamiento de Madrid sostiene que no hay motivos para decretar una alerta sanitaria. En sus inspecciones de salubridad diarias aseguran que no han detectado ningún riesgo para la salud pública.