Por primera vez, los pensionistas tenían este jueves infiltrados con ellos en las colas. Los parados sin tarjeta de crédito. Las ventanillas de algunos bancos también han abierto para ellos.

El dinero en mano es el bien más preciado. Algunas empresas están pagando a sus empleados en efectivo. Pero otras, directamente, han mandado a los trabajadores de vacaciones forzosas. Es el caso de las empresas textiles. La ropa es lo último en lo que un griego se gasta ahora el dinero.

Los pequeños negocios se empiezan a asfixiar. La mercancía no llega porque el comerciante no paga, el dinero no puede salir de grecia. Así están miles de empresas.

La diferencia la marca tener cuenta bancaria en el extranjero. Las compañías que sí las tienen pueden pagar desde esas cuentas a sus proveedores, sin pasar por el sistema bancario griego.

Y los proveedores nacionales, a los que sí se puede pagar por transferencia, empiezan a imponer sus condiciones. Quieren dinero contante y sonante. No un saldo en una cuenta de la que no pueden retirar efectivo.

Con un mercado sin apenas importaciones y las pequeñas empresas al límite, la patronal helena advierte de que esta situación podría pronto desembocar en una explosión de paro.