Lo que haga falta para evitar el colapso. Vacaciones forzadas este lunes de los bancos para evitar que se queden sin liquidez. En Atenas, el Consejo de Estabilidad Financiera ha mostrado su compromiso. Según el ministro de Economía, Yanis Varufakis, tomarán "cualquier medida que sea necesaria para que no haya problema en la vida cotidiana de los ciudadanos".
No sólo estarán los bancos cerrados. También sobre la mesa controles de capitales. El mayor temor de los griegos tiene una palabra, corralito, es decir que les limiten la cantidad de dinero que pueden sacar. Una ciudadana asegura que está "muy preocupada. He sacado todo el dinero porque no sé qué puede suceder hasta el domingo que viene. No sé qué pasará si sale si o no en el referéndum".
Otro asegura que ha "parado en diez cajeros y sólo he podido sacar 100 euros". Muchos cajeros se han quedado vacíos, y las filas avanzan despacio. Los griegos quieren sacar de sus bancos todo lo que puedan. El tiempo se agota el martes para el gobierno de Tsipras.
Grecia tiene que devolver al FMI 1.600 millones de euros. Su salvavidas temporal habría sido una extensión de su rescate que no va a recibir, 7.200 millones de oxígeno para hacer hacer frente a los vencimientos de este verano.
Sólo en julio y agosto Atenas tiene que pagar 10.000 millones a sus prestamistas. Un mal escenario, dicen los expertos, que tocará a toda Europa. El BCE y la Comisión Europea ultiman cortafuegos para evitar el contagio. Hay quien apunta a una forzada salida de Grecia del euro.
El analista del XTB, Javier Urones asegura que "el Gobierno griego cree que su salida del euro tendría un efecto contagio y por eso quiere jugar con esa baza". A un lado Grecia y su referéndum y al otro, el Eurogrupo, el FMI y el Banco Central Europeo que han roto cualquier negociación. Dos golpes tan fuertes en la mesa que la han roto.