Mantener en secreto las tarjetas 'black', fue la clara intención de Caja Madrid y Bankia según el tajante informe del Banco de España. "La clara voluntad de ocultación de la existencia de estas tarjetas es clara y la motivación para hacerlo también, teniendo en cuenta el escándalo producido al conocerse los hechos".

Queda más que patente que había voluntad de ocultación. El secreto se le ocultó a la Agencia Tributaria, a la auditoras, no se mencionó en informes y memorias, tampoco en las comisiones internas y mucho menos en el folleto de salida a bolsa.

Luego estaba la realidad: decenas de consejeros y directivos disfutaban de ellas. Ante el juez, Rato y Blesa se desvincularon de las tarjetas b. Miguel Blesa. Rato dijo que se trataba de un complemento al sueldo. Pero para hablar de complemento, según el Banco de España, había que ser muy ingenuo: "No es precisa una especial cualificación para separar el patrimonio particular del de la entidad y para advertir el carácter indebido del uso de la tarjeta". 

La institución considera que era evidente que esa tarjeta no era para uso personal, como sí lo fueron la mayoría de los gastos. Son 230 las que se han investigado, pero los perirtos no cierran la puerta a que puedan existir más.