A la igualdad de sueldos en España le queda un largo recorrido por delante. En concreto, 43 años para que se cierre la llamada brecha salarial entre hombres y mujeres y que se garantice que se cobra lo mismo por el mismo trabajo.
El horizonte, como pronto, está en 2064: la cifra es del sindicato UGT, que la calcula en su último informe La igualdad salarial cerraría las brechas, con motivo del Día de la Igualdad Salarial en nuestro país. Los principales sindicatos del país se han volcado en los últimos días y han presentado varios documentos que analizan este fenómeno.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), si el salario medio en 2018 -el último año con datos oficiales- fue de 24.009 euros, las mujeres ganaron 21.012 euros frente a los 26.738 ganados de media por los varones. La diferencia es contundente: 5.726 euros menos en el bolsillo de las mujeres.
Los números de la brecha varían según la metodología empleada por los sindicatos, aunque las cifras empleadas son las mismas. UGT utiliza la diferencia sobre el sueldo de los hombres para calcular lo que separa a ambos: un 21,41%. CCOO, por su parte, compara los salarios medios de ambos y concluye que las mujeres deberían aumentar sus retribuciones un 27% para equilibrarlo con lo que se embolsan los hombres.
La maternidad impacta en los salarios femeninos
Los fríos números muestran una realidad de la que las mujeres son desgraciadamente conscientes: el sistema privilegia a los varones en el ámbito productivo y las retribuciones son una clara prueba. Los techos de cristal y los suelos pegajosos, dos conceptos que limitan la progresión laboral de las mujeres, tienen un impacto sistemático en lo que ganan.
"Las mujeres se incorporan a un mercado de trabajo concebido, organizado y gestionado en su mayor parte por criterios masculinos, donde el trabajo reproductivo y de cuidados no es tenido en cuenta, lo que dificulta de forma importante su inclusión, promoción y desarrollo laboral de manera plena", explica el informe elaborado por CCOO, Cuentas claras para acabar con la brecha salarial.
El empleo femenino se ve claramente marcado por los cuidados y la maternidad: son ellas las más propensas a interrumpir sus carreras laborales. Además, las mujeres copan el empleo parcial: son el 75% de quienes trabajan en esta modalidad.
Diferentes brechas
Pero aquí también existe una diferencia sustancial. El 25% de las mujeres asalariadas trabajan menos de 40 horas semanales, frente al 7% de los hombres que trabajan por cuenta ajena. Si bien son la mayoría de empleadas a tiempo parcial, también aquí existe una sustancial brecha salarial: las retribuciones de ellas tendrían que subir un 17% para compensar la diferencia en sueldo con los hombres.
La brecha se reduce en el caso de las jornadas completas, donde las mujeres 'solo' han de aumentar sus ingresos un 12% para alcanzar aquellos de los hombres.
Pero el más sangrante pasa por la contratación indefinida, a largo plazo. Aquí el efecto de las carreras laborales de los varones, más largas y sin interrupciones -lo que favorece la generación de complementos y la consecución de ascensos- provoca que las diferencias sean todavía más amplias. En este caso, según los cálculos de CCOO, la diferencia alcanza el 31%.
CCOO certifica el impacto del COVID-19 en la brecha
Los datos para elaborar estos estudios parten de la Encuesta de Estructura Salarial del INE, pero la última actualización utilizada los salarios de 2018, cuando la idea de que un virus nos encerrase en casa durante meses era inconcebible. Por tanto, el efecto de la pandemia no ha sido cuantificado. Pero los confinamientos, el teletrabajo y cierre de colegios puede haber tenido un efecto que se comprobará en un par de años, según añaden desde CCOO.
"Ya hay algunos indicadores que muestran el impacto mayor de esta crisis sobre las mujeres", explica en declaraciones a laSexta la secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de dicho sindicato, Elena Blasco. "Por ejemplo, este mes de enero seis de cada diez nuevas personas en paro han sido mujeres y esto a pesar de que son muchas menos mujeres activas y ya eran mayoría en el paro", destaca.
Blasco asevera, con datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) referente al último trimestre de 2020, que las mujeres participan diez puntos menos que los hombres en el mercado laboral: "Hay casi 1,4 millones de mujeres activas menos que de hombres activos", denuncia.
La crisis del COVID-19 ha supuesto la tormenta perfecta a la hora de acentuar las desigualdades entre hombres y mujeres. A las barreras estructurales del mercado de trabajo y una peor calidad del empleo, se suman las reducciones de jornada por el cuidado de niños y mayores. "Las reducciones de jornada -junto con la reducción salarial- no son el mejor escenario para acabar con los desequilibrios en el mercado laboral y suponen un empobrecimiento de las trabajadoras a corto y largo plazo", señala la responsable sindical.
Si bien es difícil calcular a estas alturas cómo va a impactar la pandemia en las diferencias de salario, el sindicato CSIF ha calculado que hasta ahora podría suponer un retroceso de un punto porcentual adicional en la brecha, rompiendo el histórico de bajadas del último lustro.
El Gobierno reitera su "firme compromiso contra la desigualdad retributiva"
El Consejo de Ministros del pasado martes aprobó una declaración institucional en la que el Ejecutivo reitera "firme compromiso en la lucha contra la desigualdad retributiva y de los cuidados que afecta a la práctica totalidad de las trabajadoras, comprometiéndose a seguir avanzando en la adopción de las medidas de justicia que sean precisas para revertir esta situación".
Este texto es poco más que una declaración de intenciones con antelación al día que se conmemora este lunes, aunque el Gobierno de coalición ya ha legislado frente a la brecha salarial con un decreto del pasado octubre que entrará en vigor el 14 de abril, consensuado con los agentes sociales.
Así, las empresas tendrán que elaborar un registro de los salarios desglosado por sexo y puesto de trabajo. Pero en este sentido las empresas de más de 50 empleados tendrán que ir más allá, con auditorías para comprobar que a igual trabajo, igual remuneración.
Sin embargo, los sindicatos van más allá y exigen medidas que corrijan la temporalidad y parcialidad a las que se enfrentan las mujeres. CCOO pide reformar las contrataciones, penalizando la temporalidad, para evitar este fenómeno que afecta sobre todo a las mujeres. También demanda una legislación de cuotas en los procesos selectivos: a igualdad de méritos, prioridad para las mujeres en puestos y sectores donde estén infrarrepresentadas. UGT, además, apuesta por universalizar la educación gratuita de cero a tres años y un sistema de cuidados para los dependientes, de tal manera que esto no suponga una rémora en las carreras laborales de las mujeres.
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