El diario Infolibre publica que se trató de un plan en ciernes desde 2004, cuatro años antes de que Esperanza Aguirre anunciara la privatización que actualmente se encuentra paralizada. En septiembre de 2008, Aguirre avanzaba la privatización del agua como notición en la asamblea de Madrid.

Pero el anuncio de la actual presidenta del PP en Madrid no sonaba tan novedosa, puesto que dos años antes, Caja Madrid ya se preparaba para intentar hacerse con el control del Canal de Isabel II. Varios correos dirigidos a Miguel Blesa, expresidente de la entidad, así lo demuestran: "Su objetivo es preparar un 'concurso público' en el que lo importante en cuanto a puntos de valoración sea un concurso de méritos (...) de manera que tengamos ventajas obvias para adjudicarnos la participación en el Joint Venture (empresa conjunta)".

Este ‘concurso público’ a la medida de Miguel Blesa y su caja desembocaría en la adquisición del 55% del Canal, tal y como se aprecia en los informes confidenciales que manejaba Caja Madrid.  Contra este amaño, los socialistas madrileños siempre denunciaron la situación expuesta en los correos dirigidos a Blesa; primero en el Constitucional y luego en campaña electoral.

Con todo, el Gobierno de Madrid insiste en defender la actuación de la Comunidad en torno a la privatización del Canal, una transición hacia un modelo de gestión privada del que venían hablando desde 2004 en Caja Madrid debido a que la tarifa del agua en Madrid era una de las más baratas.

Actualmente, el Canal de Isabel II sigue siendo una sociedad 100% pública tras el rescate de Bankia y el escaso interés del mercado en la privatización de su gestión.