Es una vía de pago extraordinaría creada para atender imprevistos, pero de la que se ha gastado medio millón de euros al día. Es la caja fija de la Generalitat Valenciana, legal pero 'opaca', y eso hace sospechar a la oposición.
"Detrás de la caja se esconden contrataciones a empresas de amigos y tarjetas black", afirma Mónica Oltra, portavoz de Compromís. Su partido llevó estos gastos al Tribunal Superior de Justicia de Valencia, que sentenció que se tenían que hacer públicas todas las facturas.
Desde la Generalitat han dicho que no harán públicas las facturas con este argumento: "5.833 horas de trabajo para cuatro funcionarios que se dedicarían a tiempos completos durante un año".
Una excusa para la oposición, que dice que todo está informatizado. "Caja fija ha sido la caja negra del Partido Popular", sostiene Ignacio Blanco, de Esquerra Unida.
La caja existe desde 2006, la creó Francisco Camps y desde entonces se han gastado más de 1.000 millones de euros, de los que la sindicatura de cuentas asegura que más de 500 millones se han usado sin informarles.