Cada vez son más los que ponen su primera o su segunda vivienda en alquiler. En algunas plataformas, como por ejemplo Airbnb, la oferta de turísticos ha crecido un 70% en el segundo trimestre de este año. Y un tercio de los que ofrecen su casa lo hacen por necesidad.
Y hay en lugares que este hecho tiene un impacto positivo. En Meira, Lugo, Manuel Fernández ha decidido poner su propia casa en alquiler durante este verano y compartirla con otros huéspedes. "Es una casa que yo no usaba, la uso para un complemento económico", nos comenta, aunque asegura que también es una ayuda para el pueblo porque consigue que haya más turismo que favorece a los comercios locales.
Pero este boom de alojamientos turísticos también provoca problemas. Un ejemplo lo tenemos en Cadaqués, Girona, donde dicen que hay demasiados. En los últimos siete años se ha duplicado el número de pisos de este pisos y el ayuntamiento ha suspendido durante un año la licencia para que no haya más.
Laura Blay, regidora de Bienestar del Ayuntamiento, explica que "hay un problema de acceso a la vivienda para la gente joven que quiere emanciparse como para el trabajador que viene a hacer la temporada".