En Portugal, las autopistas y autovías de pago están cada vez más vacías. Con fondos de la Unión Europea los portugueses construyeron la cuarta mejor red de autopistas del mundo. Sin embargo, ahora casi nadie las utiliza por culpa de los peajes. Los viajeros aseguran que “son caros”, por lo que el tráfico ha caído hasta la mitad en algunas de sus principales autopistas.

El país aumentó las tarifas e instaló nuevos peajes en tramos que hace cuatro años eran gratuitos. Un hombre se queja de que se tarda más por carreteras secundarias, aunque tiene que cogerlas. Además de haberse visto disminuidos los desplazamientos de los portugueses, también hay menos llegadas de turistas por carretera, sobre todo españoles.

“El importe es muy grande, entonces se nota el descenso de personas tanto de portugueses como de españoles”, asegura un hostelero. Ahora, alcaldes del centro y del norte del país quieren tener más kilómetros de asfalto pero la Unión Europea baja la barrera y se niega a financiar más carreteras portuguesas.