'Nai' es sí y 'oxi' es no, y la calle se divide entre uno y otro, con el ambiente cada vez más caldeado. Un hombre afirma convencido que dará su voto al 'no'. "Decimos 'no' porque no puedo comprar medicamentos, decimos 'no' por nuestros hijos, 'no' por nuestros nietos", asevera. Otro hombre culpa a la presión que Alemania ha ejercido durante la crisis: "Voto 'no' porque no podemos aguantar más a los alemanes, a Merkel, a la pobreza y la miseria", explica.

La opinión y los votos cambian según el barrio donde se pregunte. En uno de los más caros de Atenas, el 'sí' se vuelve mayoritario. "Un 'sí' podría arreglar los problemas con la crisis y también contaríamos con el apoyo de Europa y de España", dice una mujer.

Otros no lo tienen tan claro y tomarán la decisión a última hora. "No sé lo que voy a votar porque todos son unos ladrones". Los indecisos serán la clave para dar la victoria a una opción u otra. "Me voy a abstener, desde el principio lo tenía claro pero puede que cambie de opinión tras la decisión de ANEL".

El coste del propio referéndum, entorno a 20 millones de euros, duele cuando sólo se puede acceder a 60 euros diarios. "Me pregunto de donde sacó el gobierno tanto dinero para esos posters a todo color", comenta una ciudadana griega. El país contiene la respitración, pegatina en pecho, a la espera del domingo.