Cuando llegó Rajoy, un litro de aceite de oliva costaba 2,94 euros el litro. Hoy el precio es de 63 céntimos más. El pan baja apenas unos céntimos, de 2,64 euros el kilo a 2,57.

Poner pescado en la mesa supone de media casi 30 céntimos más que hace cuatro años, aunque hace dos años se pagaba aún más.

Rafael Pampillón, catedrático de economía en el CEU señala que la “inflación empieza a reducirse en el año 2013 hasta encontrarnos con periodos en 2014 y 2015 en que hay unas reducciones clarísimas en los bienes de consumo”.

Las subidas de 2012 y 2013 se están viendo compensadas hasta alcanzar un precio similar al del inicio de la legislatura. Pero no ocurre lo mismo en otros servicios.

La luz no ha dejado de subir. Si una familia pagaba una factura media de 59 euros en 2011, hoy paga un 12% más. Lo mismo pasa con el gas, si entonces pagábamos 82 euros cada dos meses, ahora  pagamos 107. Donde sí baja el precio es en la bombona de Butano.

Con los salarios congelados, las facturas nos han dejado tiritando. El economista José Carlos Díez afirma que “donde se concentra la pérdida de poder adquisitivo por la subida de inflación y la bajada de salarios es en rentas muy bajas por debajo de 15.000 euros anuales, los mileuristas, los 800 euristas son los que han empeorado su nivel de vida”.

El transporte también se ha encarecido, el billete de cercanías y media distancia sube un 7%, pero la alta velocidad ha reducido su precio. Un billete Madrid – Barcelona salía en 2012 por 120 euros y ahora su precio es de 106, lo que se traduce en una bajada del 11%.

Son subidas y bajadas de precios que se espera se estabilicen en la próxima legislatura.