La condena para el expresidente de la caja de Castilla-La Mancha asciende a dos años de cárcel porque la Audiencia Nacional considera probado que Juan Pedro Hernández Moltó y su mano derecha falsearon las cuentas de la caja para ocultar pérdidas.
Para la Asociación de Usuarios de Banca, que pedía cinco años de cárcel, la condena es una farsa que confirma la impunidad de los directivos que llevaron a la quiebra a las cajas.
El principal motivo para condenar a dos años al expresidente de la entidad es que conocían la situación de quiebra en la que estaba Caja Castilla-La Mancha y a pesar de ello, maquillaron unas pérdidas "galopantes", según el juez.
Juan Pedro Hernández Moltó, junto a su exdirector general, son coautores de un delito de falsedad contable, pero se podrían librar de la prisión al no superar los dos años la condena.
La estrategia de Moltó durante el juicio asegurando que no tomaba ninguna decisión no ha servido de nada. “Tenía el papel de animador sociocultural”, explicaba el expresidente en el juicio.
Caja Castilla-La Mancha fue la primera caja de ahorros intervenida por el Estado en marzo de 2009. Un rescate que le costó a todos los españoles unos 9.000 millones de euros.
Fue el resultado de una gestión nefasta repleta de inversiones y proyectos faraónicos fallidos, como el vacío aeropuerto de Ciudad Real.