Las grandes empresas de nuestro país no solo pueden medirse en beneficios, capital o inversión, también en brecha salarial, temporalidad o igualdad. En las compañías del Ibex trabajan 1,2 millones de personas, que ganan de media la no despreciable cifra de 57.708 euros al año, pero los directivos ganan 20 veces más que la plantilla. Si hablamos del primer ejecutivo, la diferencia asciende a 80 veces más.
Esta es una de las principales conclusiones del informe 'Evolución de indicadores de buen gobierno en las empresas del Ibex', con datos del año 2022, que elabora CCOO. Un informe que reconoce que en el índice se está disminuyendo la temporalidad de los trabajadores, y que la paridad de las plantillas es total, pero también constata un ensanchamiento de la brecha entre trabajadores y directivos con respecto al año anterior.
Otro de los titulares que deja es la heterogeneidad, la disparidad entre unas empresas y otras. Por ejemplo, un empleado de Meliá Hotels gana 17.000 euros de media al año, o uno de Inditex 25.000 euros. En la compañía textil de la familia Ortega existe la mayor brecha salarial, porque los directivos cobran 191 veces más que la plantilla.
La disparidad del Ibex también viene dada por el número de empleados de cada compañía y por el sector al que se dedican, "no es lo mismo una empresa textil y de distribución que una constructora o una tecnológica" sostiene Carlos Bravo, secretario de Políticas Públicas de CCOO. También el tamaño importa, porque Merlin Properties es la que mejor paga, de media 121.000 euros al año, pero cuenta con tan solo 260 empleados, considerablemente menos que la mayoría.
El caso Inditex
Inditex es el gigante entre los grandes, en bolsa vale más de 130.000 millones de euros, prácticamente el doble que la segunda empresa española, pero su estructura es ciertamente singular. Es una de las que más empleo genera en el país, y, de lejos la que más lo hace en el extranjero, pero sus salarios sin embargo están muy por debajo de la media.
La compañía textil que fundó Amancio Ortega, y que ahora preside su hija Marta, cuenta con la plantilla más feminizada del Ibex -el 75% son mujeres- y también la más joven -el 57% tiene menos de 30 años-, mimbres que explican unos salarios más bajos si añadimos que los empleos son de baja cualificación y que "tiene una presencia mayor en la contratación a tiempo parcial" como sostiene Bravo.
El caso de que sea una empresa textil, con menor productividad por trabajador, podría justificar los salarios más bajos, pero no debería justificar la enorme brecha con los directivos, que ganan 191 veces más que el empleado medio, o que la primera ejecutiva perciba 1.088 veces más que ese mismo empleado. Tampoco debería justificar que solo el 61 % de la empresa esté cubierta por la negociación colectiva, es decir, cuente con un convenio propio de empresa o del sector laboral.
Desde CCOO creen que el aumento de beneficios debería conllevar aumentos de salarios y también de protección laboral, por eso su informe denuncia la falta de transparencia de las compañías del Ibex para poder recopilar estos datos, e incluyen en él la medición de la cobertura de la negociación colectiva en las plantillas a nivel mundial.
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"Tenemos que mejorar" añade Bravo, que cree que "Europa hará que en el futuro mejoremos en esto". Bravo también cree que a las compañías españolas "le queda mucho por mejorar" en términos de igualdad, equidad y compromiso social.
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