Amaya no podía hacer frente al alquiler de 600 euros, ya conocía la fecha de su desahucio. Pero esa noche, no estaba sola. Miembros de la PAH la acompañaron en un día tan delicado.

En la calle, un espectacular despliegue policial y miembros de la plataforma antidesahucios se concentraban. Segundos antes de que la policía vaya a intentar entrar en su casa, Amaya se derrumba. Entre sollozos afirmaba que "ya no puedo más, no quiero que entren así". Sólo pedía "que se vayan". Sus amigos, intentaban alentarla y le recordaban que "no estás sola, estamos contigo".

Finalmente, Amaya y el resto de amigos y familiares deciden abandonar pacíficamente la vivienda. En la calle recibe, de nuevo, el apoyo de la plataforma antidesahucios. En el desalojo, los testigos denuncian una mala actuación de los agentes contra otro chico. Denuncian que "le han pisoteado".

Amaya, ya en el exterior de su vivienda, recibe el cariño de miembros de la plataforma. Así,  terminó su desahucio, pero el pasado viernes recibió otro mazazo, fue despedida de su trabajo por faltar precisamente el dia de su desalojo.

Amaya cuenta que "lo pasé mal ese día. Fui al médico, me tuvieron que acompañar, la doctora me dio la baja y me dijo que no estaba en condiciones para trabajar". Recuerda que "volví al trabajo el día 23, que es cuendo me dieron el alta, y mi jefa estaba mofándose".

Este martes habrá una concentración en la puerta de la empresa que la despidió. Ella continuará luchando sabe que su caso ha sido el primero pero puede que no sea el último.